Carta de amor larga para tu hija

Querida Nommmaaa,

Hoy me he despertado con la euforia de saber que un nuevo día comienza y que tengo la oportunidad de estar a tu lado, mi hija. Desde que llegaste a mi vida, hace ya muchos años, mi corazón se llenó de amor y mi alma de esperanza. Eres la causa de mi felicidad, la luz que ilumina mi camino y la bombilla que nunca se apaga.

Recuerdo como si fuera ayer el día en que naciste, hace ya tantos años. Fue el momento más emocionante de mi vida, el momento en que supe que sería madre y que tendría la responsabilidad de cuidar de ti y de amarte incondicionalmente. Desde ese día, mi hija, mi amor por ti ha crecido cada año, cada día, cada segundo.

No puedo evitar sentir un orgullo inmenso al verte crecer y convertirte en la mujer fuerte y valiente que eres hoy en día. Tu determinación y tu coraje son una inspiración para mí y para todos los que te rodean. Siempre has sido una luchadora, una guerrera que no se rinde ante las adversidades y que siempre busca la manera de salir adelante. Eso es algo que admiro profundamente de ti, mi hija.

Quiero que sepas que mi afecto por ti es infinito, que siempre estaré aquí para ti, para apoyarte en todo lo que necesites y para celebrar contigo cada logro, cada victoria, cada paso que des en la vida. Eres mi hija, mi tesoro más preciado, y nada en este mundo podría cambiar eso.

A lo largo de los años hemos vivido momentos inolvidables juntas, momentos que siempre guardaré en mi corazón. Recuerdo cuando aprendiste a caminar, cuando dijiste tus primeras palabras, cuando fuiste a la escuela por primera vez. Cada uno de esos momentos fue especial para mí, porque significaba que estabas creciendo y aprendiendo, y que yo tenía el privilegio de ser testigo de ello.

Ahora que eres una mujer adulta, mi hija, sé que tienes tus propios sueños y metas por cumplir. Quiero que sepas que siempre estaré aquí para apoyarte en todo lo que necesites, para ayudarte a alcanzar tus objetivos y para celebrar contigo cada éxito. Quiero que seas feliz, que encuentres la felicidad en todo lo que hagas y que nunca pierdas la esperanza de que todo es posible si te lo propones.

En resumen, mi hija, quiero que sepas que eres lo más importante en mi vida, que te amo con todo mi corazón y que siempre estaré aquí para ti. Eres mi orgullo, mi alegría, mi razón de ser. Gracias por ser mi hija, por llenar mi vida de amor y por hacer de cada día una aventura maravillosa.

Con todo mi amor,

Tu madre.